jueves, 16 de abril de 2015

BETTER CALL SAUL (gilligan/ gould, AMC)

el spin-off de breaking bad es una precuela donde conocemos el pasado del abogado saul goodman. Reconozco que me ha aburrido. El ritmo es lento (hay planos fijos larguísimos, o sea que este ritmo es a propósito), los personajes no son especialmente interesantes y la historia no parece ir hacia ningún lugar. También reconozco que en los dos últimos episodios he comprendido la apuesta de los creadores y me ha gustado. Porque better call saul es la historia (galdosiana me atrevo a decir, pensando en Misericordia por ejemplo) de cómo un hombre llega a ser quién es. La tragedia de un pequeño héroe que intenta escapar de su destino (y aquí pienso en Edipo por ejemplo, pero sobre todo en el determinismo social de Balzac y Zola). La justificación de una psicología que se concretará en unos actos reprobables en el futuro: en el futuro contado en breaking bad en este caso (y aquí se me ocurre pensar en Mme Bovary o en algunos héroes de Dostoievsky). En fin, que sin querer he acabado comparando, y sé que no se va a entender, la serie con grandes clásicos literarios. Porque lo que tengo claro es que no es una serie episódica, sino una película contada en 10 horas. Como ya he dicho muchas veces, las series son al cine lo que la novela del XIX es a la literatura. Y aquí tenemos un ejemplo clarísimo de narración naturalista a lo Galdós o Clarín. Por extraño que suene...

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