jueves, 17 de diciembre de 2015

FAMILIAS DE CEREAL, tomás sánchez bellocchio (candaya 2015)

lo irracional, lo extraño, lo inesperado nutre (o irrumpe en) los relatos de bellocchio. En tiempos de crisis como el nuestro, donde los viejos paradigmas ya no sirven y los nuevos todavía están por llegar, lo irracional humano, esa parte nuestra difícil de entender y prever, se convierte en símbolo y, casi diría yo, en crítica al sistema: la razón, lo perfectamente medible y catalogable, no es capaz de explicar el mundo (y mucho menos el mundo de las relaciones humanas) totalmente. Lo realmente humano es otra cosa, esa que muestra tan bien bellocchio cuando habla de relaciones filiales, románticas o puramente eventuales. Los personajes de bellocchio son verdad, suenan a verdad, están plagados de contradicciones, manías, silencios y, sobre todo, detalles que sorprenden por la capacidad del autor para captar las pequeñas cosas. Es esa capacidad de observación (y una prosa cuidadísima) lo que más me ha gustado. Detalles elocuentes que por sí solos ya valen la lectura del relato. Recomendable: cercano a cheever en su descripción genial de las relaciones familiares, a samantha schweblin en esa atmósfera extraña e inquietante y, en ocasiones a relatos de eloy tizón en los que el conflicto, el viaje emocional del personaje (ese viaje sin el cual no existe el relato) nos es escamoteado, ocurre sin que el lector se dé cuenta, en el interior del personaje, así que asistimos impotentes a una historia oculta, interior, que solo somos capaces de intuir.  

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