domingo, 29 de marzo de 2015

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE ROGER LOBUS, oscar gual (aristas martínez, 2015)

Óscar Gual escribe el tipo de novelas que más me gustan: novelas aparentemente caóticas donde el narrador parece irse por las ramas entre digresiones, anécdotas y personajes que lo alejan de la historia principal. Pero aquí está el error: la historia principal es solo una excusa, el marco, el paisaje de fondo, porque el hilo conductor de esta novela es "la muerte". Y el narrador jamás se aleja de este tema atractor. A partir del punto de partida -el hijo que espera la muerte de su padre en el hospital- la novela va tejiendo un patchwork aparentemente desordenado de historias (los robots que quieren ser humanos), teorías disparatadas (el suicidio de kurt covain), metáforas geniales (las religiones divididas en videojuegos de arcade -judeocristianas- o rol -asiáticas-), secundarios extravagantes (la pareja de criogenizadores), digresiones (la materia vista desde la física moderna) y anécdotas (la obsesión adolescente del protagonista por conseguir el sueño lúcido) que siempre gravitan alrededor de ese tema central, de ese obstinato temático: la muerte. La muerte contada como nadie nos la había contado: con desenfado y humor aunque también con hondura existencial.

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